Desde hace varios meses la polémica se desato a nivel nacional, todos los medios de comunicación hicieron eco del peligro de la libertad de expresión y de prensa en el Ecuador, especialmente durante los debates sobre la nueva Ley de Comunicación que se realizaron en la Asamblea Nacional.
Todos se pronunciaron y apelaron a la psicología de la comunicación para establecer su negativa a los artículos que ponen en riesgos la necesidad regulatoria de las actividades de los medios de comunicación.
Pero más allá de eso, hay amenazas permanentes que empañan el ejerció profesional y objetivo de los periodistas, los intereses de los medios de comunicación; Este es uno de los principales enemigos de la libertad de expresión y de prensa en el país y el mundo. Un secreto a voces que pide ser liberado.
El soborno, un enemigo eminente que asecha permanentemente al periodista, especialmente cuando se publica un hecho que perjudica los intereses de autoridades y personajes conocidos en la política.
Cosa que se podría combatir con sueldos y remuneraciones justas, era lo que en un principio los gremios de periodistas acotaron en un pedido que se realizó a la comisión que debate el proyecto de Ley de Comunicación. Cosa que quedo en eso. “Un pedido”.
Es inconcebible que la pugna de poder y dominio, tergiverse los verdaderos alcances que debe tener esta ley que se centra en regular a los medios de comunicación, que deja de un lado el bienestar y seguridad de los comunicadores sociales.
Los verdaderos cambios estructurales solo se darán cuando los problemas sean enfrentados desde sus cimientos, solo así podrá ser derrotada la “prensa corrupta” palabras del Presidente Rafael Correa, quien en lugar de atacar, debería proponer soluciones.
Que lo que dice no es tan descabellado y menos se aparata de la realidad es verdad, el que no quiera ver “que siga haciéndose de la vista gorda”, pero con arremeter constantemente no se soluciona nada, soluciones es lo que el pueblo exige.
Lamentablemente vivimos en un país y un mundo hecho a bases de promesas e intereses de unos cuantos, mientras eso continúe, los periodistas y futuros periodistas estaremos a expensas de cumplir órdenes y hacer nuestro trabajo en beneficio de los medios a los que nos debemos, no al verdadero hecho de informar y hacer historia.
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